En mi reloj marcaba diez para las tres cuando estaba en el tercer piso del edificio de administración de
filosofía, como siempre la mayoría de mis compañeros estaban allí, esperando que abran la sala de audiovisuales para empezar clases, ¡hola chicos, hola chicas!, los saludé.
Él encargado de la sala no había llegado todavía,-¿Cómo me irá hoy?, ojalá no se me olvide nada, ¿vendrá de buen genio?- , Rafa ¿tienes el número del celular del señor? No respondió. ¿Ceci hoy le toca exponer a usted?, me dijo Mayra, sí, hoy expongo, ¿se sabe? ¡Claro! pero con el Dr. hasta el más sabio falla, eso si mi Ceci el Dr. es tremendo.
Ya son las tres y el encargado no llega, ¡ya viene!, ¡ Ya viene!, se escuchó, era el doctor que con su terno azul marino y sus bigotes rizados subía las gradas ,-¿Qué hago?, ya me va a poner cero si no viene el señor con las llaves-. Buenas tardes ¿a quién le toca exponer? preguntó, a mí me toca, ¿y qué esperas que la sala no está abierta?, todavía no llega el encargado, le contesté, no tengo tiempo para esperar, tenias que haber pedido las llaves con anticipación, eso hice doctor, los que quieran tener clases conmigo vamos al curso, con su portafolio bajo el brazo y su seño fruncido de las iras empezó a bajar y ,uno tras otro lo empezamos a seguir , todos con las caras tristes. -¡Ahora sí tengo un cero y mis compañeros también, nadie se va a salvar, está de mal genio, seguro no almorzó bien! – .
¡Doctor, Doctor! espere un momento ya debe estar por llegar me apresuré a decirle, pero con su caminar apresurado no supo responderme,- no me escuchó intentaré de nuevo, no mejor no, creo que si me escuchó solo que no me quiso responder-, un
celular timbraba mientras caminábamos hacía el curso, era de una compañera, llámame luego le decía, ahora estoy en clases te cuento tarde.
-Tanto trabajo para nada, una semana preparando mis clases para que me ponga cero, ¡no es justo!- Ahí está es el Sr. Webster todos gritaron, regresemos dijo -que suerte la mía y la de mis compañeros no tendremos un cero- . Todos ya en la sala un poco sonrientes de los nervios creo, empezamos a responder a la lista y cuando terminó dijo, apresúrate que ya hemos perdido mucho tiempo. No todo iba tan mal como empezó, mis temores desaparecieron, y todo lo que tenía preparado estaba saliendo bien, pero claro, como es común las intervenciones en el Dr. para acotar algo al tema, terminaba diciendo lo que yo tenía pensado, bueno, en todo caso creo que esta vez me salvé, a lo mejor no tuve un cinco, pero creo que tampoco me quedé con un cero.
